jueves, 27 de noviembre de 2008

textículos varios, 2008

El Resplandor II

Es la segunda parte. Lo brillante sólo aparece al principio. Los protagonistas no superan a los de la uno. El final es abierto como el de los filmes independientes. Lo que se rescata es el resplandor. El Resplandor.

Alteración

Algunos productos son susceptibles a cambios bruscos, tanto, que de una fea criatura, puede aparecer otra que vuele y hasta es posible que tenga colores graciosos. Alguien habló de metamorfosis hace tiempo y el psicoanálisis lo tomó para el lado de los tomates.




En diferido

Lo que ha pasado, sencillamente, queda atrás. Adelante pasan cosas que pasarán también, y que las veremos atrás en otro momento.
Sucede que cuando marcamos un trazo en el aire (sin puntos de apoyo, sin bisectrices ni horizontes), no sabemos dónde comenzó y dónde terminará.
Un ave pasa y aletea, se lleva parte del trazo a otra parte, que tampoco vemos.

Espíritu indómito

Hace tiempo, antes de la aproximación de una catástrofe, esta se anunciaba con indicios.
Los cambios históricos también se anticipaban, con otros tambores…
Un grupo de románticos gritaron una vez “sturm und drang” y estallaron las palabras hasta hacerse añicos entre sí.

Express yourself

Madonna insistía con esto y las demás chicas se quedaron sin tintura.
Un camión de cruces esmaltadas iba directo al matadero.
Así es como suceden las revoluciones.


Es la ambición lo que suele llevar a la muerte…

No sólo a la muerte, parece ser que los ambiciosos tienen esa mística fuerza sobrenatural para convertirse en inmortales…en fantasmas eternos de la historia. Tanta sangre libada no puede ser otra cosa sino el motor de estos seres oscuramente atractivos. Se condensan en ellos los siete pecados capitales, primando la gula por sobre la lujuria, la soberbia por sobre la pereza. Dichos, dichos, dichos…


Historia de amor entre piedras

Es tal vez el río que viene bajando. Esta vez la montaña se va vengando de a poco. Las piedras se vuelven sensibles al mínimo contacto y las aguas turbulentas, aunque tímidas, pretenden romper las orillas hasta desgajarlas en arena. De vez en cuando la tierra emite el rugido desgarrador y necesita de la violencia del elemento que la vuelve un dócil camino.

Forastero inside

Se va a morir a otra parte porque no lo quieren. Dice que no lo escuchan cuando habla. Le preguntan qué tiene, qué hay escondido en su alma de caminante. El extraño no responde, no entiende el idioma, se ofusca y sólo decide irse.

La enfermedad

Más de lo mismo y otra vez la misma cantilena. Ya te lo dije mil veces. No hay remedio ni cura para tanta desazón. Es como la mezquindad del avaro, o como el torniquete de antaño. No hay remedio ni cura para tanta obsesión. Sólo esperar sentado a que vuelva a llover y se borren las huellas.

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